miércoles, 4 de abril de 2012

Una forma cordobesa de ser moyanista



 
Llamó la atención que los funcionarios-sindicalistas de De La Sota dieran apoyo a Hugo Moyano la semana pasada. La cuestión es que, en medio de una pulseada nacional, el jefe de la CGT recibió en la sede central de Azopardo en Buenos Aires el apoyo de José Pihen, por la CGT “unificada” de Córdoba, legislador provincial delasotista, y del mismísimo Omar Dragún, Ministro de Trabajo provincial y secretario general (con licencia) del SMATA regional.
“Sobre el hombro de De la Sota, disparen sobre Cristina”, parece ser la táctica de Moyano en la provincia, buscando una alianza más amplia que la limitada a sus leales seguidores, en pos de garantizarse la reelección en la CGT.
Mientras mantiene a la propia tropa de una CGT “Nac & Pop” de camioneros, licifuercistas y municipales cordobeses, también les reconocerá la personería a “los gordos” de Córdoba alineados con el gobernador. No hay que olvidarse que el primero en llamar “estalinistas” a los K, por su verticalismo interno, fue el hoy goberna cordobés, lo que tiene empatía con la actual denuncia de Moyano a la “sovietización” del gobierno. El cambio de discurso de Moyano hacia lenguajes comunes de la derecha peronista tiene que ver con este giro de la cúpula cegetista hacia una alianza con el poder territorial del PJ.
Por su parte, los sindicalistas cordobeses reformulan el viejo lema identitario de Perón y dicen: “moyanistas somos todos”. Tampoco hay que olvidar que, en los años 60, los sindicatos peronistas de Córdoba, como el SMATA de Elpidio Torres o la UTA de Atilio López, se ubicaron bajo el ala “legalista” de Vandor contra los ortodosxos de la CGT de Alonso, pero para su juego propio y autonomía relativa. Ahora, en su doble carácter, de funcionarios delasotistas y miembros de la cúpula sindical, Pihen y Dragún juegan en dos canchas a la vez. En la pulseada de la sucesión de la CGT, y en otra sucesión mayor, la presidencial. De la Sota, que no deja de aspirar a ser presidenciable, puja actualmente con el gobierno nacional, sin obtener nada aún, por los fondos que lo saquen del apuro con la Caja de Jubilaciones, cuyo default le significaría la guerra con los sindicatos. Bien puede haber dado luz verde a sus sindicalistas-funcionarios de sumarse a la táctica vandorista, detrás de Moyano, de “pegar para negociar”.

Poder y sindicatos: ruptura de pactos pre-existentes

El alineamiento con Moyano habla de una contradicción central de la burocracia sindical en el régimen cordobés, sintetizada en la presencia de  Dragún como Ministro de Trabajo. En Córdoba la nueva situación fiscal, tanto para el intendente Mestre como para De la Sota significa un cimbronazo en la relación con los sindicatos. En este tiempo se vienen desarrollando una multiplicidad de conflictos parciales, eminentemente de trabajadores del estado pero también empiezan algunos en la industria que muestra una “ruptura de contratos o pactos de paz preexistentes”. Los sindicatos de recolectores de residuos son jaqueados con cese de concesiones, los trabajadores de Luz y Fuerza sufren la enésima amenaza de privatización, las empleadas embarazadas son despojadas, por Ley, de meses de licencia de embarazo que les había sido otorgados en la época de crecimiento, las enfermeras y trabajadores municipales bregan contra el atraso en el pago de salario y los recortes, los metalmecánicos de FIAT y Renault sufren suspensiones y hay menos horas extras con que usualmente los trabajadores del SMATA completan sus salarios. En empresas industriales como Holcim se libran peleas contra despidos. Además las tendencias opositoras en el gremio docente movieron el tablero en el último paro de UEPC, ante una conducción incómoda entre los ataques de CFK y la disidencia de los docentes.
La clase trabajadora de Córdoba está en dispersas escaramuzas parciales en el marco de brechas abiertas entre el gobierno y la burocracia sindical que provocan inestabilidad en los sindicatos. La nueva ubicación de Dragún y Pihen en el escenario nacional, poniendo su peso en la balanza de fuerzas a favor de Moyano, es una movida en su propia defensa ante lo que puede significar una reacción de los trabajadores a los nuevos tiempos de crisis capitalista. Recientemente, el cuerpo de delegados de la multinacional VW presentó un petitorio al SMATA, comenzó un proceso de asambleas en su planta y busca consenso con delegados de otras plantas para exigir acciones del conjunto del gremio por el salario y las reivindicaciones obreras.
Como puede verse, se preanuncian tiempos menos pacíficos.

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