miércoles, 3 de abril de 2013

El país real y el país virtual. Las inundaciones, las víctimas y el cinismo de los políticos capitalistas



Eduardo Castilla

Mientras escribimos esto, se acaba de confirmar que hay 46 víctimas fatales y más de 2000 personas evacuadas en La Plata. Además, son cientos de miles los afectados, los que han perdido sus pertenencias, los que no tienen donde pasar la noche. Estas víctimas se suman a los muertos ayer en Capital, entre ellos un trabajador del Subte, víctima de la desidia de la empresa Metrovías, como se denuncia acá.
El terrible crimen social que estamos presenciando pasó en el país de los diez años de crecimiento a tasas chinas, del  “modelo” alternativo al “ajuste que se hace en Europa”, de la “recuperación del trabajo y la dignidad”. Pero, como dijo CFK en un discurso de apertura de sesiones legislativas, están los que quieren crear un país virtual y están los que viven (y sufren) el país real. Éste es el país de la Masacre de Once, el país de los asesinados por pedir tierra y vivienda en el Parque Indoamericano y en Ledesma, el país de las muertes QOM en una provincia gobernada por el kirchnerismo.  En pleno siglo XXI, luego de diez años de crecimiento y “redistribución de la riqueza”, millones han perdido lo poco que tienen en cuestión de horas. Ese es el país real.
Frente a eso, están los constructores del país virtual. Los oficialistas de todo tipo que, en el marco de las penurias espantosas que están sufriendo cientos de miles de personas en estos momentos, coindicen en la negación completa de sus responsabilidades. Scioli acaba de reiterar que se trata de un “desastre natural”. Ayer Macri utilizó la misma “argumentación”, hablando de un desastre climático. Obviamente CFK no estuvo ajena a esta sintonía.
Pero el cinismo se redobla, cuando todos los políticos salen a decir que ahora van a garantizar “la seguridad”. Ahora, CFK nos informa, desde el lugar de los hechos, que "La gente lo que tiene es temor ahora a la noche porque vieron caras extrañas". “Caras extrañas”. Hasta el lenguaje es absolutamente reaccionario. “Caras extrañas” serían la de los funcionarios responsables del área que nunca aparecieron. “Caras extrañas” son la de la propia Cristina, Scioli o Macri que sólo visitan estas zonas cuando ocurren catástrofes de este tipo o en las campañas electorales.
Para “garantizar la seguridad”, es decir para impedir que se exprese la legítima bronca del pueblo trabajador que ha perdido todo como ya estaba ocurriendo con algunos piquetes, es que sacaran a las calles a 400 policías, al grupo Halcón y a unidades del ejército. Ahora les surge una repentina preocupación por la “seguridad de la población”. Seguridad que no es la de sus casas, de sus vehículos, su ropa o sus muebles, sino la seguridad de la propiedad privada de los grandes capitalistas.
Los que habitan el país real pasarán la noche en refugios, con frío y poca comida. Mañana o en los próximos días, volverán a sus casas destrozadas y sabrán lo que han perdido. Los que habitan el país virtual lo harán en las lujosas torres de Puerto Madero, en los countries o en los barrios privados. Cristina está entre ellos/as. “Sabe” lo que es perder su casa porqué la pasó cuando era chica. Por eso ahora tiene una enorme mansión en el Calafate, para evitar el problema por las inundaciones.
Los compañeros y compañeras del PTS La Plata están recorriendo las zonas más castigadas, brindando la solidaridad y poniéndose a disposición de las necesidades más urgentes de la población” como señala éste comunicado. En muchas partes del país se están poniendo en movimiento trabajadores, jóvenes, estudiantes, personas de todas las edades, para realizar colectas y ayudar a la población damnificada. Como lo revelan numerosos testimonios fue la ayuda de cada vecino la que pudo evitar que esta catástrofe fuera mayor y más terrible de lo que está siendo. Una vez más queda claro que la casta política que administra el estado al servicio de los grandes empresarios es completamente ajena a las necesidades del pueblo pobre y trabajador.

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